jueves, 20 de marzo de 2008

El individualismo mata al planeta

Estados Unidos en el país que más gases de invernadero lanza al aire por los millones de vehículos que tiene. Comparte gran responsabilidad en el calentamiento del planeta y de los desastres ecológicos que en la actualidad observamos. Sin embargo, nunca ha querido aceptar esa carga.

Y todo se basa en el individualismo sobre el cual se cimienta la sociedad estadounidense. Esta filosofía se refleja mejor en el derecho de portar armas de fuego: el vaquero solitario luchando por su sobrevivencia. Esa negativa de una vida en colectividad, no es común en otras sociedades.

El individualismo se expande a nuevas áreas vírgenes como China, que de un colectivismo pasaron ahora a la fiebre consumista de Occidente. Antes, millones de chinos iban a sus trabajos en bicicletas. Las grandes avenidas eran calmas y despejadas, pero ahora, los millones de vehículos se apelmazan en las calles y el cielo se ha vuelto gris de tanto humo. Quieren ser independientes uno del otro.

Otras sociedades, como la europea y la latinoamericana, han tratado de mantener el colectivismo, aunque en nuestra región, por los gobiernos corruptos y la alta delincuencia, cada vez más, la gente se vuelve más aislada de su entorno.

El humano es un ser social, colectivo y de esa forma deberíamos vivir. No necesitamos un carro cada persona para ir a nuestros trabajos. Lo que sí es necesario, es un buen servicio de transporte colectivo (como en Europa), seguro y accesible a todos. Cómodo y tranquilo, que nos haga prescindir del automóvil.

Sólo el colectivismo nos salvará de seguir contaminando el ambiente. Miren los gobiernos de este país, en vez de implementar un sistema nacionalizado de transporte público (bueno, seguro y eficiente) se ha dado a la tarea de construir más calles para más carros, pero no ha resuelto el problema diario: tráfico lento y la contaminación del aire. ¡Esta no es vida señores!

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Estoy solito en este país?

Pues un día me di a la tarea de buscar sitios en internet sobre la comunidad homosexual en El Salvador, y para mi sorpresa, son pocos, poquísimo, contados con los dedos de una sola mano.
A ver: la discoteca Scape tiene una página, pero es publicitaria. Gayelsalvador.com es un portal, al parecer el único que pretende ser la imagen oficial de la población gay del país. Y luego, este blog, que es el único (por favor, convénzanme que estoy equivocado) que tiene como objetivo los derechos de la población gay del país. Tres en total.
Entre Amigos, no tiene pagina web, aún cuando nacional e internacionalmente, es la organización que desde hace años se reconoce como representante de la población homosexual de El Salvador. No me explico esta situación.
Imagínense, mi blog es el único en este formato que reclama nuestros derechos. ¿Qué pasa? ¿Somos tan pocos los homosexuales en este país? No lo creo.
En cambio, existen muchas páginas personales, en especial, en myspace, donde abundan los homosexuales, pero sus fines son otros: buscar a alguien y no se sienten comprometidos con los derechos de nuestra comunidad. Bueno, no sé si comunidad sea una definición demasiado ambiciosa a la luz de la realidad. Si entran en elchat.com se encontrarán con decenas de personas buscando contactos homosexuales también.
Me sorprende la pasividad que mantenemos sobre nuestros derechos. Parece que no existen homosexuales en este país que se sientan discriminados e ignorados por la sociedad. Esto me decepciona.
Alguna vez pensé que se podría hacer un movimiento homosexual en el país, que tuviera presencia en la sociedad y que se hiciera sentir, que hubiera líderes reconocidos por la gente y que impulsaran iniciativas para reclamar nuestros derechos. Viendo la situación, creo que aún no estamos listos para ello.
Quizá sea el único que tiene esta idea loca en la cabeza. Mis demás compañeros de destino, pues a lo mejor prefieren vivir su vida, aún con discriminación, sin comprometerse en una lucha decidida.
Pero bien, alguna vez, muchos de los jovencitos alocados que llenan las discotecas gay los fines de semana, llegarán a un momento de decisiones y optarán entonces por continuar con las ideas que yo tengo. Habrá que esperar.