jueves, 15 de abril de 2010

Doña Regina vuelve a resbalar y cae estrepitosamente

Este jueves doña Regina de Cardenal, personaje muy conocido por la comunidad homosexual de El Salvador debido a sus activismo antigay, publicó en su columna de El Diario de Hoy, las conclusiones sobre un estudio del colegio de pediatras de Estados Unidos, en donde se asevera que la homosexualidad es reversible a temprana edad y que por lo tanto, debería de dejarse de alentar en las escuelas la identidad de género.
Para regocijo de la Doña, estas conclusiones son pruebas científicas (las que siempre se han estado esperando para explicar la homosexualidad) que dan la razón a los críticos del movimiento gay y deja por sentado que esta preferencia sexual queda como tal, es decir, una preferencia que puede ser cambiada y lo más importante, que el hecho de que sea reversible, indica que la identidad de género y el fomento de la tolerancia deben de suprimirse. Además, redefine la homosexualidad como un trastorno mental que debe ser tratado como una enfermedad.
Vaya, un estudio que cae como anillo al dedo al movimiento cristiano fundamentalista antigay. Pero esperen, antes de tirar la toalla por la evidencia científica hay que preguntarse ¿qué rayos hace una asociación de pediatras invadiendo terrenos de la siquiatría? Y, ¿quiénes son estos? Pues la segunda interrogante muy bien lo aclara el blog colega Así Nacidos, donde se revela que esta asociación de reciente aparición, está plagada de una visión religiosa y sus estudios están muy cuestionados precisamente por esa forma de ver la vida.
Y como muestra un botón: “Lo mejor para los estudiantes es abstenerse de cualquier actividad sexual hasta la adultez, preferentemente hasta que sean parte de un matrimonio fiel y duradero.” Esto no lo podría suscribir ningún siquiatra, pero sí Su Santidad.
Veamos otra conclusión: “La homosexualidad no es una característica determinada genéticamente ni imposible de cambiar.” ¿Cómo puede decirse que no es genética o que por el contrario, el ser gay ya viene diseñado en los cromosomas? En realidad estos son terrenos de los genetistas y no de pediatras. Aparte de eso, el artículo de la Doña me hace entender que el método utilizado fue la observación. Si el bendito estudio descubriera una causa genética de la homosexualidad o al contrario, la descartara, les juro que se ganarían el próximo premio Nobel de Medicina.
Otra: “La atracción homosexual está determinada por una combinación de influencias familiares, ambientales, sociales y biológicas. Los rasgos hereditarios o que predisponen pueden influir en algunos. En consecuencia, la atracción homosexual se puede cambiar”. Veamos, esto no tiene sentido ¿Se puede cambiar qué? ¿La biología y los rasgos hereditarios? ¿Cómo? El punto es que sí es posible cambiar el entorno social, familiar y cultural, pero ¿y el biológico? Volvemos al tema de los genes.
Una más, sobre el método y la muestra utilizada “De los pocos alumnos con atracción del mismo sexo, la mayoría (más del 85%) adoptarán finalmente una orientación heterosexual si no se alienta lo contrario”. Bueno, este enunciado no es concluyente. Me equivoqué, no es la observación sino la estadística el método usado: cómo puede aseverar que en el futuro el 85 por ciento de los casos adoptará una orientación heterosexual. Especulación pura, muchos homosexuales han aceptado públicamente su orientación hasta cuando ya son ancianos. ¿Cuánto tiempo habrá durado este estudio?
“El estilo de vida homosexual, especialmente para los hombres, genera graves riesgos de salud.” Sí, las relaciones sexuales desprotegidas pueden llevar a padecer sida, gonorrea, hepatitis, herpes, etc., etc., etc., igual que los heterosexuales. Esto es un insulto a la inteligencia o es que sólo los gay padecen estos males.
“Declarar y validar la atracción por el mismo sexo en los años adolescentes es prematuro y personalmente dañino”. Se me vienen muchas ideas con este enunciado. ¿Es esta una conclusión científica o el consejo de mi abuelita? ¿A qué edad una persona sabe si le atrae otra? Lo que se esconde entre líneas es que se está en contra de que la gente exprese que es gay y por el otro lado, lo de dañino es especialmente cierto si uno vive rodeado de homofóbicos dispuestos a golpear y asesinar gays. ¿Conclusión científica o advertencia personal?
“En muchos jóvenes, la atracción homosexual se desarrolla debido a experiencias traumáticas o negativas, como el abuso sexual. Estos estudiantes necesitan terapia para el trauma y no la afirmación de una "identidad gay”. La palabra clave acá es “muchos”, es decir, no es la mayoría de los casos ni la totalidad. Como repito, esto parece un análisis estadístico. ¿Y qué pasa con el resto que no entran en “muchos”? Ah, se me olvidaba: la modificación genética y biológica.
No existe evidencia de que los programas pro-homosexuales, en clubes estudiantiles del campus, reduzcan los riesgos de desórdenes emocionales que sufren los homosexuales”. Acá sin comentarios, no sé a qué se refiere esta conclusión. ¿Programas pro-homosexuales en las escuelas? La verdad nunca me he enterado de eso.
Esto lo dice la Doña “Además la investigación descubrió que la terapia de reorientación sexual es muy efectiva para restaurar la atracción heterosexual”. Para que vean, el bendito estudio científico parece calcado de una tesis universitaria: el problema, la causa del problema y la solución del problema. ¡La cura de la homosexualidad! Sí claro, un estudio científico no estaría completo si no tuviera un final feliz.
Debo de confesar de que luego de la primera leída que hice del artículo, me dio una especie de angustia, pues parecía a simple vista que se trataba de un estudio serio y que todo lo que he defendido había sido una gran mentira, pero de inmediato vino la razón en mi auxilio y comencé a descubrir la gran falacia que la señora de Cardenal señala como un hecho científico.
Así las cosas mis amigos.

jueves, 8 de abril de 2010

El misterio de los culos sensibles

Meditaba en los esporádicos mensajes que una lectora me dejaba en mi blog, cuya recurrente crítica hacia mi condición como homosexual era el uso del ano para la relación sexual, lo cual calificaba como antinatura, aberración y fuera de todo propósito reproductivo.

Esta es una acusación constante de los homofóbicos contra la comunidad gay y sustentan sus ataques en la ley natural, es decir, que el ano no tiene ningún otro propósito que expulsar desechos del cuerpo. Esto es una verdad a medias, según mí entender.

Lo curioso de esta gente, que dicen cumplir con la ley natural, es que pasan por alto otros usos que las personas hacen de sus cuerpos, pero que tienen algún significado práctico en la convivencia diaria, por ejemplo, el uso de anillos en los dedos.

¿Por qué la gente se pone anillos cuando la única razón de existir de los dedos es sujetar? No tiene sentido según la ley natural, al igual que perforarse las orejas para ponerse aritos. Luego, la cabeza. ¿Por qué la gente pone cosas sobre su cabeza? ¿Para cubrirse del sol? Pues si ya tenemos cabello. Los sombreros serían cosas innecesarias e ilógicas para estos críticos.

Y así, la lista de usos innecesarios que la gente hace de sus cuerpos es larga.

Pero volviendo al tema en cuestión, el uso del trasero para otros propósitos no es una costumbre exclusivamente gay. Muchas parejas heterosexuales mantienen relaciones anales y en algunos casos, son los hombres quienes disfrutan de la penetración de parte de sus compañeras.

Una cuestión que pasan por alto estos acérrimos críticos de la comunidad, es que por alguna razón inexplicable, esa zona del cuerpo es muy sensible a la excitación sexual y uno se pregunta ¿para qué carajos la gente necesita tener culos sensibles? Y si cuestionamos la ley natural en este sentido: ¿para qué dios le puso traseros excitables a la gente?

Entonces, la crítica de los defensores de la ley natural es una velada actitud de intolerancia hacia la población homosexual en general, incluyendo a las lesbianas, porque a estas no las acusan de usar sus nalgas para otros propósitos que no sea el de zurrar, sin embargo, también ellas son blanco de sus ataques.

Su odio hace pasar por alto su propia ley natural, pues si la gente tiene anos excitables ha de ser por alguna razón hasta ahora no entendida por la comunidad científica, pero que debe de tener algún sentido lógico en la vida diaria. Definitivamente se descarta la reproducción humana.

Podría ser que la sexualidad humana no sea únicamente para la reproducción de la especie sino también para la felicidad. Siguiendo la lógica de la ley natural, el sexo es sólo para hacer más niños, pero no necesariamente debe ser bueno. Hay especies de arañas cuyos machos terminan siendo la cena de la hembra después del coito. Masoquismo extremo si la víctima disfrutara de esto.

Por otra parte, si el único propósito del sexo en los humanos sería traer más niños al mundo, debería ser placentero también para la mujer el momento de dar a luz, pero al contrario, es una experiencia dolorosa. ¿Entonces, por qué el sexo es bueno y parir es doloroso?
Pues parece que nada tiene sentido hasta que caemos a la cuenta que el sexo en sí, es para sentir placer y no necesariamente ese placer debe de resultar en un niño. Los animales tienen un comportamiento similar al humano y en muchas especies el sexo no tiene que ver con la reproducción.

El misterio a mi parecer queda resuelto si entendemos que el humano es un ser sexual, que su cerebro está ocupado la mayor parte del día pensando en sexo, viendo el trasero del prójimo y que muchas de sus acciones tiene como base la lujuria.

Por lo tanto, no es sorpresa que este ser sexual tenga sensibilidades sexuales en otros sitios aparte de los órganos reproductivos: en el ano, pezones, nalgas, entrepiernas, detrás de las orejas, etc., etc. ¿Y por qué la gente tiene sensibilidad en esas zonas? Pues quizá la respuesta más sencilla sea para sentir felicidad. La naturaleza es sabia. Los homofóbicos, no.

P.D. Échenle un vistazo a mi otro blog: Letra Muerta