jueves, 30 de agosto de 2007

La homosexualidad amenaza a la familia

Sí, esto lo digo yo, que he visto a muchos homosexuales infelizmente casados, con hijos y fornicando por ahí con otros hombres. Los he visto en discotecas gay y luego en el supermercado con la esposa e hijos, empujando el carrito de compras. No me puedo imaginar la clase de vida que llevan. O quizá sí: llevan vidas dobles y vacías.

Se casaron después de que amigos y parientes les insistieran en que “se les estaba yendo el tren” o de que las amigas impertinentes les insistieran en que ya era hora de formar una familia, de que deberían de tener una mujercita que les hiciera la comida, les lavara la ropa y les planchara (justo lo que hace la doméstica).

Que los amigos los tildaran de “culero” cuando desistían asistir a una barra show o a un prostíbulo, o porque no se cogieran a la vecina calentona que le tiraba los calzones. Que les cuestionaran por qué no tenían novia con esa cara y ese cuerpo. Que no hicieran comentarios adicionales sobre que las “mujeres son bien ricas” y qué cual era la mujer ideal para ellos. Si blanca o morena, piernuda, delgada o rellenita. Que cuál era la mejor posición, etc.

Después de tanto ataque a su virilidad, decidieron acallar los rumores y tomaron a la fea del barrio, porque para ella, ése hombre era una bendición y se casaron. Así vemos a tipos guapos con una chaparra negrita de la mano en el supermercado y los niños empujando el carrito, y de vez en cuando, ellos, mirando a otro hombre de reojo.

Son esos hombres infelices, que tienen hogares infelices, llenos de desasosiego. De gritos e insultos, de peleas y finalmente, de desintegración. La verdad, esta es una verdadera amenaza a la sociedad.

Qué distinto sería que estos homosexuales no se vieran obligados a casarse y vivir sus vidas tal como ellos prefirieran, sin presiones sociales, libres. Y lo mejor, que no hubiese nadie que los criticara o cuestionara su forma de vida. De que se respetara por ser personas y no por no ser lo que la sociedad espera de un hombre.

Creo que mientras la gente siga siendo intolerante hacia los homosexuales, muchos problemas sociales no se van a corregir y continuaremos con el círculo vicioso de hombres infelices, casados por obligación, acostándose con otros hombres a escondidas y su familia abandonada y destrozada. Creando la próxima generación de hombres infelices.

jueves, 23 de agosto de 2007

Los homofóbicos suplantan a dios

A veces es difícil comprender a las personas, y en especial a aquellas que dicen ser obedientes de los mandatos de dios y se dicen ser buenos cristianos, amantes de las buenas costumbres, etc.

Lo difícil de comprender es por qué gente que dice ser cristiana, mantiene una posición intolerante ante la comunidad homosexual, que la condena y maldice, tomando a veces posiciones intransigentes y discriminantes.

Yo no soy un tipo religioso y mucho menos estudioso de teología, para emitir juicios de valor, pero lo que sé, es que el cristianismo se basa fundamentalmente en los cuatro evangelios que narran la vida de Jesús y sus enseñanzas. Todo lo demás es adorno.

Que yo sepa, Jesús nunca condenó ninguna conducta humana, y el mejor ejemplo es el de la pecadora, a quien no expió y en cambio, retó a aquellos que la acusaban, lanzar la primera piedra, si acaso estaban limpios del pecado.

En cuanto a los homosexuales, no existe ninguna cita que yo haya escuchado en donde Jesús se condene a los gays. Pienso que Jesús comprendía la naturaleza humana y por eso no censuraba estas conductas, pecaminosas a la vista de otros.

Jesús hacía énfasis en que no debemos de señalar a nadie y que antes, viéramos nuestros propios defectos (la viga en el ojo) para censurar.

Por eso me parece muy hipócrita la actitud de muchos homofóbicos que basan sus ataques hacia los homosexuales tomando la religión como justificación. A mi parecer, si fueran buenos cristianos, sabrían que están cayendo en posiciones que Jesús no admitió.

Por lo tanto, esta gente está sobrepasando los mismos límites de su religión y cometen el grave pecado de compararse a dios, que es el único que juzga. Los cristianos saben que habrá un juicio final en el cual dios juzgará a todos los hombres y sólo él tiene esa potestad.

Así que mis amigos homofóbicos, deberán de dar cuenta de esa terrible usurpación que han hecho, de pretender ser dios (algo más terrible que ser homosexual), pues el fin y al cabo, los gays existimos porque dios lo permite, aún cuando a ustedes no les guste o no lo comprendan.

En fin, ¿quiénes son ustedes para cuestionar la obra del todopoderoso?

jueves, 16 de agosto de 2007

La homosexualidad, al filo de la clandestinidad

clandestino, na. (Del lat. clandestīnus). Adj. Secreto, oculto, y especialmente hecho o dicho secretamente por temor a la ley o para eludirla. (Real Academia de la Lengua Española: www.rae.es)


Cuando uno tiene televisión por cable se puede enterar que en muchos países latinoamericanos, la homosexualidad es mucho más aceptada, al grado de existir estrellas gay y programas homosexuales muy populares. Incluso, que los presentadores de programas de cualquier índole, se cuidan mucho de no expresar palabras o comentarios que puedan ofender a la comunidad homosexual.

Y me remito a México, donde he visto programas gay en algunos de sus canales, incluso, que la noticia sobre algún artista que se declara gay no es punto de mucha controversia.

Pero en El Salvador, y temo que en toda Centroamérica, este tema apenas llega al público a través de los medios de comunicación. Si a veces se toca el tema es para verle el lado burlesque, como han sido los desfiles homosexuales para celebrar el día del orgullo gay. Se destaca lo raro y lo extravagante. Y lo ridículo.

Por su parte, las autoridades parecen estar neutras de forma oficial. Al contrario, existen personajes de la clase dominante e intransigente, que tienen licencia para escribir cualquier mentira en contra de la homosexualidad como en El Diario de Hoy. Por ejemplo, la fundación Sí a la Vida y a la señora Regina de Cardenal, que pueden decir cualquier disparate ofensivo, sin réplica admitida en dicho periódico.

No existe en los medios locales un espacio para que la comunidad gay pueda expresarse, excepto, por algún tiempo en el periódico elfaro.net en donde escribía el señor Omar Bolaños, que desde hace muchas semanas ya no o veo escribiendo nada.

En El Salvador, los homosexuales somos medio clandestinos, pues no gozamos de pleno reconocimiento del Estado. Escuché que la asociación Entre Amigos, en verdad no está inscrita en el Ministerio de Gobernación, como lo están todas las organizaciones sociales. Ojalá sea esto otro chisme infundado que me llega al oído.

Pero aún cuando estuviera registrada, la comunidad homosexuales sigue siendo vista por la sociedad como un grupo sin derechos y es por eso es que restaurantes, bares, discotecas y hasta barras shows homosexuales no se publicitan en los medios tradicionales de comunicación como lo hacen otros negocios.

¿Recuerdan aquel anuncio de una barrashow donde se decía que había 50 chicas lindas y sólo cuatro feas? Bueno, hubo una época en que estos sitios se publicitaban diariamente en los periódicos del país. Y nadie decía nada. Ahora casi no hay publicidad, porque la competencia es bastante seria y pululan en cualquier lugar.

Pero los sitios gay no se publicitan. Tampoco se habla de ello en los medios de comunicación, parece que la homosexualidad es una subclase que se debe de mantener en el anonimato.

Pero por suerte ahora tenemos internet, que a mi juicio, es la máxima expresión de libertad que tenemos por ahora los humanos. Mediante esta herramienta ya no es posible ocultar que existe en El Salvador una comunidad homosexual joven, aún ignorante de sus derechos, quizá un poco más ensimismada en sus quehaceres diarios que en reclamar respeto de parte de la sociedad y el reconocimiento del Estado.

Este blog es el reflejo de esta nueva tecnología. Sepamos usarla a nuestro favor y formar redes de comunicación, que en poco tiempo, tengo fe, podremos al fin dar el paso que nos falta, que es la presencia en los medios de comunicación tradicionales, que son a los que la población común tiene más acceso.

Y por fin, saldremos de esta semiclandestinidad en la que vivimos por el momento los homosexuales en el país.

jueves, 9 de agosto de 2007

Los animales también tienen derechos

Una lectora me escribió y me dijo que no debería de hablar sólo de temas homosexuales. Y es cierto, tengo otras muchas cosas que decir que no tienen que ver con el ambiente gay. Una de ellas es sobre los derechos de los animales.

¿Pueden los animales tener derechos como los humanos? Es una buena pregunta. ¿Por qué los humanos tenemos derechos y los animales no?

Pues es una cuestión humana ¿No les parece? ¿Cómo un animal puede reclamar derechos cuando no tiene conciencia de ello?

Pues todo se remite a que los humanos somos la especie dominante en este planeta y conforme vamos aprendiendo de la naturaleza, nos vamos dando cuenta de que toda la creación tiene derecho a existir, incluso esas criaturas horribles como sapos y serpientes y los malditos zancudos que no nos hacen dormir en paz. Todos desempeñan una función que al final beneficia a la humanidad, aunque no lo reconozcamos.

Hasta hace poco, los animales ponzoñosos los matábamos con desprecio, como las serpientes, arañas y alacranes. Pensamos que son malos porque son feos y repugnantes y tienen un comportamiento muy distinto a los mamíferos, por ejemplo, el canibalismo y el hecho de tener tantas patas, o en las serpientes, de carecer de ellas etc., pero ahora la medicina va descubriendo que su monstruosidad no es mala.

El bótox, que es una sustancia de algunos peces venenosos, ahora es una bendición para las personas que no quieren que las arrugas progresen en sus caras. Algunos venenos de serpientes despreciables, ahora se va descubriendo que tienen aplicaciones en la medicina. Las picaduras de abejas hacen milagros en el reumatismo, y así, la medicina va descubriendo que las ponzoñas despreciadas largo tiempo por la humanidad tienen aplicaciones que nos benefician.

De ahí es que nace la nueva forma de ver a la naturaleza. Antes se creía que el hombre estaba llamado a dominar toda la creación, tal como la Biblia lo dice en el génesis, pero ahora vemos que a la naturaleza no se le debe de dominar, sino, convivir con ella y aprender de ella. Sólo así el hombre podrá sobrevivir, pues al final, somos parte de la naturaleza y debemos de comenzar a regresar a ella.

Y una de las primeras formas de hacerlo, es de respetar a los animales, de no maltratarlos como por miles de años se ha hecho. ¿Cómo ayudar a ello? Pues no yendo a esos circos que traen animales exóticos. Son criaturas esclavizadas, sacadas de su entorno natural, y obligadas, con punzones eléctricos, a hacer cosas graciosas a los ojos humanos, pero que en verdad no es natural en ellas. Los animales deben de ser libres tal como los humanos, y permanecer en sus ambientes naturales.

Para mí, los únicos animales que permanecen con el hombre porque lo quieren, son los perros y gatos, que viven protegidos por nosotros mismos. Y vean cómo los amamos y mimamos, comprándoles comidas especiales, dándoles cariño y convirtiéndolos en parte de nuestra familia.

¿Quién no ha echado de menos a su fiel perro cuando este muere, o a su gato? Tenemos con ellos una sociedad de miles de años, desde que el hombre vivía en las cavernas. Los pajarillos en las jaulas y los pececitos en las peceras, es una crueldad imperdonable.

Por último, debería en el país prohibirse la entrada de circos que traigan animales. Hay otros circos con espectáculos sólo de personas que son muy buenos, como el canadiense Le cirque du Soleil de Quebec. (este dato me dio una amiga lectora)

Si queremos ser una sociedad moderna, no deberíamos permitir la crueldad hacia los animales y dejarlos ser libres, como nosotros deseamos ser.