lunes, 27 de diciembre de 2010

"Soy miembro de la US Army y también gay"

Hay que verlo para creerlo. Estados Unidos, un país muy religioso y conservador acaba de abolir la ley de "No preguntes, no digas", que se refería a que los gays dentro de las filas militares no podrían revelar su orientación sexual. El presidente Barack Obama la derogó la semana pasada, con lo cual los homosexuales dentro del ejército podrán expresarse libremente: "soy miembro de la US Army y también gay"

La ley "Don´t ask, don´t tell" promulgada en 1993 es la responsable del despido de más de 14 mil militares homosexuales del ejército de Estados Unidos, y era considerada por los activistas de los derechos civiles como una clara discriminación hacia una minoría. La derogación de ésta fue una promesa de campaña de Obama.

Ahora, extrapolando esta decisión a la realidad salvadoreña, parece algo sacado del mundo de la fantasía y lo absurdo. En El Salvador jamás podría ocurrir algo así, pues si bien se dice que Estados Unidos es un país muy conservador, nuestra patria es ultraconservadora e intolerante, llegando al grado de parecerse más a un estado religioso como los de Oriente Medio.

Si analizamos bien la razón técnica por lo cual un gay no podría ser militar caemos a la cuenta de que no existe ninguna válida. El hecho que dentro de las filas estadounidenses se acepte que existen homosexuales, significa que no hay impedimentos físicos. Todas las razones son de tipo discriminatorio. Un militar gay tiene todas las capacidades para seguir en su carrera y la única diferencia podría reducirse a un gusto personal y privado.

En fin, este ejemplo de tolerancia que nos da Estados Unidos deberíamos de emularla, no necesariamente en el ejército salvadoreño, sino en la vida diaria de la sociedad. Los países más avanzados son aquellos que respetan a sus ciudadanos, que independientemente sean ricos o pobres, gay o heterosexuales, blancos o negros, todos tienen la posibilidad de gozar de todos los beneficios de la ley, y uno de estos beneficios, es el derecho de sentirse seguro y respetado.

En El Salvador los homosexuales no son respetados. Cualquiera les puede gritar groserías, burlarse y nadie dice nada. El desprecio a su condición es un sentimiento generalizado en todos los estratos sociales, por eso es bien fácil escuchar a pastores, curas, políticos y personas de "bien", decir cualquier mentira, promover el odio y parte sin novedad.

Esta misma promoción de odio que hacen algunos personajes en el país, provoca que este segmento de la sociedad no se sienta seguro, y que sea víctima fácil de violencia física y hasta la muerte. Los asesinatos de gays en el país son más comunes de lo que la gente cree.

Por eso, el anuncio hecho por el presidente estadounidense debe ser entendido como un mensaje de tolerancia e inclusión de aquellos grupos que por alguna razón no encajan en los estereotipo sociales, pero como cualquier ciudadano que trabaja y paga impuestos, debe de gozar de todos los privilegios de ley y la protección del Estado.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El regalo navideño que nadie quiere por feo

Fue como regalo de navidad la última sesión de la Asamblea Legislativa que le dio al país la posibilidad de lanzar candidatos independientes para las próximas elecciones de alcaldes y diputados en 2012. Todo era alegría hasta que comenzamos a observar bien ese regalo: como que nos dieron gato por liebre.

Las candidaturas independientes abren muchas posibilidades para aquellos sectores sociales que no están representados en la Asamblea, como es la comunidad homosexual del país. Con el sistema actual ningún partido podría lanzar a un candidato gay que su plataforma sea los derechos humanos de las minorías en el país. Sería casi un suicidio político.

Por eso, esta noticia creo que alegró a muchos. Por primera vez alguien de la comunidad podría optar a un cargo público, pero ahora resulta que esa ley aprobada es bastante confusa y su texto no ha sido revelado de forma pública. Las expresiones de alegría ahora cambian a incertidumbre.

Entre los principales requisitos está la cantidad de firmas que un aspirante a candidato debe de llenar. Y eso depende del lugar en donde la persona esté interesada en participar, pues el número de firmas está relacionada con la cantidad de votos que en ese departamento necesitó el candidato que ganó por residuos. ¿Qué es eso? Pues esto es algo difícil de explicar, pero se refiera a los votos que obtuvo un candidato en X departamento, que fue el menos votado pero que su cantidad es superior a los votos sobrantes de otros partidos que tuvieron más votos a favor.

Esa cantidad mímima de votos varía de departamento a departamento. Hay casos es lo que se necesitará unos ocho mil firmas y otros casos, como San Salvador, Santa Ana y San Miguel que creo que pasa de las quince mil y cerca de 20 mil firmas. Ese punto es discutible aunque creo que es salvable si el candidato es popular o el sector que lo propone trabaja en esa candidatura.

El punto más confuso y a mi parecer es la financiación de la campaña. En la actualidad el estado financia a los partidos tradicionales mediante al pago de dinero por cada voto obtenido en las elecciones anteriores. Asimismo financia a los partidos nuevos. En el caso de los candidatos independientes no habrá dinero. Lo confuso acá, es que si bien el Estado no aportará dinero a estos candidatos, se les exige una fianza del 50 por ciento de lo que se invertirá en la campaña.

He buscado ese decreto en la página de la Asamblea para analizarlo pero no está. Lo que opino acá es sólo en base a lo que he leído en las noticias y hasta el momento la impresión que me queda sobre el financiamiento es duda y confusión. A mi juicio, no se debería de exigir una fianza si el Estado no va a aportar dineros públicos. ¿Qué se pretende proteger con una fianza? Esta exigencia me parece ilógica, por no decir sospechosa.

En fin, el tal regalito de navidad no resultó ser del agrado de las personas interesadas en participar de forma independiente en las próximas elecciones. Los diputados hicieron una votación apresurada y sin consultar a los sectores sociales. Si bien es un buen primer paso, debió pensarse mejor, espero que el presidente Funes no la vete, sino que la regrese con observaciones a los diputados.