viernes, 30 de marzo de 2007

¿Cuántos homosexuales hay en El Salvador?

Sería interesante conocer este dato. Pero me temo que nunca ocurrirá, pues para contarlos, primero habría que preguntar a la gente si se considera homosexual. Esa fue una de las primeras dificultades con la que se encontró el biólogo estadounidense Alfred Charles Kinsey a mediados del siglo pasado, cuando hizo su investigación sobre la sexualidad de la población norteamericana.

Bueno, el Dr. Kinsey no hizo esa pregunta de forma directa, sino que elaboró un cuestionario donde se hacían preguntas relacionadas sobre la sexualidad de las personas desde cuando eran pequeños. Luego obviamente hacía las inferencias respectivas y descubrió que las relaciones homosexuales son más frecuentes de lo que la gente cree.
El Dr. Kinsey estableció siete niveles de sexualidad, desde cero, que indicaba que esa persona era 100% heterosexual hasta 7, que era una persona completamente homosexual. El primer estudio lo hizo exclusivamente en hombres.

Sus resultados fueron asombrosos, pues en los dos extremos, cero y 7 (heterosexual y gay) se ubicaba la minoría. Es decir, que un pequeño porcentaje de la población era 100% heterosexual (cuadrados, como decimos en el país) y que otro pequeño porcentaje era completamente homosexual. La mayoría se encontraba en el intermedio, entre éste los bisexuales.

En otras palabras, que la mayoría de la población había tenido una relación homosexual a lo largo de su vida, en especial en la adolescencia. Pero pocos se consideraban homosexuales. Es decir, que para que alguien pueda ser catalogado como gay, debe él primero aceptar que es gay, aparte de los homosexuales obvios que vemos con frecuencia a diario.

Indica eso, que muchos hombres que miramos en las calles, nuestros trabajos, etc., han tenido un contacto sexual con otro hombre. Eso me recuerda mi propia experiencia, de cuando adolescente tuve contactos sexuales con personas que ahora de adultas, pues están casadas y con hijos y ni un asomo de que sean homosexuales.

Es increíble cómo la sexualidad humana es muy variada. El Dr. Kinsey tuvo que enfrentar a aquellos que no deseaban que se escudriñara este espinoso asunto, pues parecía que la mayoría de estadounidenses eran unos mariquitas. He ahí las complicaciones políticas.
Sin embargo, la historia ha demostrado que el hombre no puede confrontar a la naturaleza. El hombre siempre ha querido que las cosas sean en blanco y negro, para no complicarse. Así, en nuestras sociedades tercermundistas como la de El Salvador, se espera que todo niño sea heterosexual.

La sociedad nos obliga a pensar en blanco y negro, en bueno y en en malo, en pecado y en redención. No existen otros colores para estas sociedades, pero la ciencia nos indica que el blanco y el negro no son los únicos colores, sino que existe entre ellos una gama de grises que hacen el espectro mucho más amplio.

Pero algún escéptico se preguntará por qué la naturaleza necesita que exista esta escala de grises, que al parecer, atenta contra la misma existencia del género humano. De haber muchos homosexuales, pues se pondría en peligro las tasas de natalidad. Es una interrogante lógica. Al momento la ciencia no ha dado respuesta única, no se sabe por qué existen los homosexuales. Yo tengo mi propia teoría que explicaría este fenómeno: es un simple control de gruñidos entre animales.

No podría existir una sociedad cien por ciento heterosexual, pues los hombres se matarían entre sí. Se sabe que en la naturaleza, los animales machos suelen tener altos niveles de testosterona que los hace muy agresivos y competitivos entre ellos, en especial cuando buscan aparearse. En el hombre la situación es diferente. No nos matamos para aparearnos, aún cuando es común observar comportamientos agresivos en algunos hombres que pueden llegar a violencia y asesinato. Esos comportamientos son duramente reprimidos por nuestras leyes.


Por eso creo, la solución de la naturaleza para este problema hormonal es que exista algún nivel de atracción sexual que logre la convivencia pacífica en la comunidad. Eso no implica que cuando haya una atracción física y sexual, signifique mantener una relación homosexual.

Entonces, sobre el título de este artículo, me atrevo a decir que los homosexuales somos muchos más de lo que la gente cree. Un gran número está por ahí, oculto, temeroso de la crítica social, ignorando que son producto de la naturaleza y que cumplen un papel importante en la sociedad. Que son el equilibrio entre la violencia y la paz.

P.D.
He editado esta entrada debido a que veo que es muy visitada. Gracias a las personas que han dejado sus comentarios. Nov. 03 2011.

jueves, 22 de marzo de 2007

Doña Regina, ya no joda más a los gay

De nuevo la señora Regina de Cardenal, vuelve a arremeter contra la indefensa comunidad homosexual del país, mediante un artículo publicado en El Diario de Hoy, (http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=2907&idArt=1257906), en donde hace afirmaciones falsas y acusaciones descabelladas, para fomentar el odio y rechazo hacia los gay y lesbianas de este país.
Es increíble la cantidad de falacias y juicios de valor que muestran una homofobia exacerbada y rabiosa de parte de la señora de Cardenal. Estar en contra de este estilo de vida no quiere decir que debamos de comenzar a promover el odio basado en mentiras. Me recuerda a la Santa Inquisición, cuando los inquisidores se inventaban verdades ridículas (como que las sospechosas de brujería se comían a los niños) para justificar los asesinatos que se hacían en nombre de Dios.
Al leer su artículo detalladamente, la señora de Cardenal, cita datos estadísticos sacados de donde no sé qué fuente y asevera que éstos “demuestran” que los hijos adoptados o naturales de homosexuales, sufren más abusos físicos, sexuales y abandono que de padres heterosexuales.
Es decir, siguiendo su lógica, todos los niños en los orfanatos del país, sus padres son homosexuales. Son hijos de homosexuales los niños que vemos en las noches durmiendo en los portales del centro y que piden dinero en los semáforos. Son hijos de homosexuales los miles de casos de violaciones de niños que se ventilan en los tribunales del país.
Luego critica un supuesto proyecto de ley en Brasil, que ella llama “ley mordaza”, en donde se castiga cualquier tipo de discriminación contra homosexuales. No sabía que una ley que busque resguardar a los desprotegidos le pueda causar molestia. Igual, me recuerda las discusiones estúpidas cuando se trataba de igualar los derechos de los negros en Estados Unidos.
La señora de Cardenal va en contra de la historia, en contra de su mismo género, que por miles de años fue discriminado en Occidente y que aún sigue bajo el yugo machista en los países árabes. Fueron mujeres las que lograron su emancipación luego de largos años de protestas y rechazando las afirmaciones machistas de que ellas servían únicamente para dar a luz hijos y cuidar la casa.
Luego afirma, siguiendo el comentario sobre la ley mordaza, que si ésta se aprueba en Brasil, una pareja no podrá despedir a una niñera lesbiana aunque ésta esté pervirtiendo a sus hijas. ¡Vaya vaya!
Volviendo al mundo real, el hecho de que una mujer sea lesbiana, no significa que vaya a pervertir a otra mujer. Además, debería la señora de Cardenal definir que es perversión para ella, si hacer actos contrarios que la ley ya castiga, como el tocamiento a menores, la exposición a pornografía y en última instancia, el abuso sexual (castigado hasta con 20 años de cárcel).
O al contrario, como lo sospecho, se refiere al sólo el hecho de haber nacido así. Me pregunto ¿qué pasaría si la señora de Cardenal tuviera un hijo o hija homosexual? ¿Los echaría del hogar por pervertidos?
Y bueno, finalmente, la señora justifica su artículo incendiario, con la supuesta visita de un grupo pro gay a jueces, con la finalidad de convencerlos de que los homosexuales son mejores padres que los heterosexuales. ¿?
¿Desde cuando se debe de convencer a los jueces para que una ley (en este caso, ley de adopciones) se modifique, derogue o apruebe? Está perdidísima la señora de Cardenal. Los jueces no hacen leyes, aún cuando más de alguno sea homosexual y esté de acuerdo con los matrimonios entre el mismo sexo.
No señora, las leyes se aprueban en la Asamblea Legislativa y si un día, una mayoría de diputados avala los matrimonios gay, no habrá nada qué hacer, ni siquiera los jueces, que deberán de aplicarla. Desde ahí se observa que la señora de Cardenal busca cualquier chisme infundado y descabellado para aceitar su ametralladora y atacar a los homosexuales.

miércoles, 21 de marzo de 2007

El Mata Locas

Anda un asesino de homosexuales suelto por ahí. Lo sé, porque hasta el momento no me enterado de que alguien haya sido capturado por estos crímenes. Su forma de actuar es similar: busca homosexuales destacados, con grados académicos y buenos empleos, con auto propio y que viva solo. Su objetivo es el dinero.

Lo comencé a descubrir cuando observé algunas muertes extrañas. Todas las víctimas habían sido descubiertas asesinadas luego de un fin de semana. Desparecían los viernes o sábados en la noche y eran descubiertas la siguiente semana, lunes o martes, luego que personas alertaran sobre malos olores o vehículos abandonados.

Aparecían dentro de sus casas o apartamentos o dentro de los baúles de sus propios carros. Creo que a esta altura las autoridades no han tratado de unir estos casos que parecieran aislados y sin relación entre ellos, pero no escudriñan más allá. Se ha cometido una terrible injusticia en no profundizar en estos crímenes.

Algunos conocidos míos fueron asesinados de esta forma. Otros no conocidos también. Sólo bastaba leer en los periódicos la forma en que habían sido descubiertos sus cuerpos y algunas pistas de los vecinos: que eran jóvenes profesionales y que vivían solos, para caer a la cuenta de que se trataba de homosexuales.

Por lo general, muchos homosexuales profesionales y con trabajos bien remunerados, prefieren vivir solos para tener una vida sexual plena, sin tener que dar cuenta de nada a sus familias. Estos son los blancos preferidos de este (o estos) asesino (s).

Por eso advierto a los compañeros de este estilo de vida, a que estén alertas y no se dejen seducir por extraños que, pienso yo, merodean en lugares frecuentados por gay en busca de su próxima víctima. Debemos de tener cuidado con quien estamos flirteando. Lo mejor es conocer bien a la persona que nos muestra interés (y sospecho, ha de ser alguien muy varonil y atractivo) antes de dar el siguiente paso. Es mejor que un buen macho se nos vaya de la mano, a caer víctimas de estos asesinos.

Debemos asegurarnos de que esta persona que nos interesa lo conozca un amigo nuestro de confianza y saber más sobre sus antecedentes y lo más urgente, no ir a nuestro apartamento o casa la primera vez que lo vemos.

Cuídense. Y la próxima vez que lean sobre estos extraños hallazgos, no duden que se trata de otro homosexual, víctima de este Mata Locas.

sábado, 17 de marzo de 2007

La viva consiga

Esta frasecita siempre me da risa. No sé si la siguen utilizando las nuevas generaciones. Se refiere a la acción de andar consiguiendo sexo y cuando alguien lo observamos que está descaradamente en eso, se dice: “Esa sí que es la viva consiga”. O si en tal lugar nos encontramos un montón de gay, como en Metro, en esas tareas, decimos: “Ayer metro era la viva consiga”.
Pero en fin. La cuestión que antes de que existieran los teléfonos celulares y la internet, hacer estos tipos de contactos era bastante difícil, así que habían lugares específicos, como cines, barcitos medio rosados y algunos baños saunas para conseguirse un levante.
Lo primero era llegar, especialmente a los cines. Recuerdo de algunos que el instinto era más fuerte que la figura pública, que llegaban con gorras y anteojos oscuros y muy arropados para no ser reconocidos.
El más famoso era el Darío, que tenía un gran lobby y divanes para sentarse. Ahí se formaba el loquerío. Nadie era anónimo, las locas miraban al que entraba y si les gustaba pues comenzaban a trabajar. Había gay tan fieles, que se decía que tenían sus butacas apartadas con sus nombres grabados.
Aparte de eso, es que se reconocían los grupos entre ellos. Estaban las del Darío, las del Metro, las del Universal y las del Izalco, éstos dos últimos cines eran lo peor.
Así se conocía gente, pero los cines eran lugares de muy mala reputación, pues lo peor de la ciudad se iba a meter ahí, las locas más reventadas andaban de arriba para abajo hablando entre ellas y te sacaban de onda por colorientas.
Así que otro lugar, por supuesto, siempre ha sido Metrocentro, especialmente el antiguo Ranchón que estaba donde ahora está Carrión. Los viernes por la noche era la mejor ocasión pues llegaba mucha gente. Las locas, obviamente, escogían la hilera de mesas que daba al parqueo. Allí se podía ver quien llegaba en carro y quien en bus.
Luego, estaban los bares rosados, es decir, que no eran declaradamente homosexuales, pero cuando uno entraba, se encontraba a muchos amigos. El más famoso que recuerde era Los entremeses de Federico. Se llenaba a reventar. Estaba a un lado de las clínicas médicas, a un costado del hospital de niños.
Es de hacer notar, que en esa época no existían los bares gay como ahora. El chiste era ir a ese lugar donde se entremezclaban cuadrados con gay (aunque en el fondo creo que todas eran locas), y flirtear con algún desconocido.
En el centro existían varios bares rosados: el Bandolero y La Pachanga Latina, creo que así se llamaban pues con frecuencia les cambiaban el nombre. Lo malo es que aquí entraba de todo, gracias a dios que no existían las pandillas. La gente de entrada era honrada, aunque sucia y vulgar.
Y por último, la única discoteca gay del momento: Oráculos, donde cada fin de semana iba a dejar mi salario y bailaba sin inhibiciones con mis amigos. Ah, qué tiempos. Otro día hablaré de esa discoteca, alguien debería de rescatar su historia.
Así se conocía gente antes. Ahora pues creo que todo es muy frío. Los contactos se hacen por internet y cuando te encontrás con el fulano, pues resulta que no te gusta porque es gordo, es más loca que vos, la apesta la boca, los dientes los tiene podridos, etc. etc. Antes no, lo tenías todo enfrente.
Ahora se puede decir que la viva consiga está en la internet.

viernes, 16 de marzo de 2007

El primer beso

Bueno, el primer beso te lo da tu madre cuando recién le entregan la criatura semivendada como momia, en el hospital. Y de ahí en adelante te sigue dando besos hasta cuando ya sos mayor. Pero del beso que quiero hablar es el que nos dimos con Pedrito, mi vecino.

Pedrito se marchó del cantón junto a su familia porque la guerrilla los quería matar. Eso fue cuando tenía quizá diez años. Luego, pasado el tiempo me lo encontré en la feria de las fiestas patronales del cantón a donde acudía toda la gente, quizá porque en esos aburridos lugares no había otra fecha en donde todos los vecinos se encontraran y hablaran.

Yo me senté en el campo a ver los fuegos artificiales y de pronto, a la luz de una bengala ví a Pedrito y él me vio también. Así que nos hablamos y miré que se había puesto muy bueno a sus 15 años, igual que yo, así que estuvimos muy juntitos (ah, la naturaleza) en un rincón del lugar hablando paja. Ya tarde, quizá las 11:00 PM, le dije que si quería ir a mi casa y rápido dijo que si. Fuimos y como yo ya era un adolescente, tenía mi propia llave para entrar a mi cuarto, que daba a la calle, entramos sin mayores preocupaciones. Nos sentamos en la cama y seguimos conversando. Luego, que deberíamos dormir porque mañana él se iría temprano.

 Así que en pantalones y camisas nos acostamos en la cama, como dos hermanos, y continuamos hablando… hasta que de pronto nuestros cuerpos se rozaron y no poníamos ninguna resistencia a ello. Y después, una mano acariciaba la otra y poco a poco nos abrazamos y nos dimos un beso. Nos besamos varias veces, pero luego descubrí que a Pedrito le remordía la conciencia y me preguntó que qué yo tenía planeado para el futuro. No recuerdo mi respuesta, pero él me dijo que de mayor deseaba casarse con una mujer y tener hijos, como todo ser normal. Para entonces, yo no pensaba mucho en el futuro. Fue la última vez que ví a Pedrito. Han pasado más de 20 años desde entonces.

Presentación

Bueno, he iniciado este blog, aunque aun estoy aprendiendo a cómo hacerlo. La intención es hablar sobre la homosexualidad en este país tan jodido que se llama El Salvador, en donde los gay viven aterrorizados por las presiones sociales y la gente mojigata.
Poco a poco espero mejorarlo.