martes, 26 de octubre de 2010

Las otras noticias de El Salvador

Hablando siempre del tema de la libertad de expresión, y de la hipocresía de la mayoría de los medios grandes de El Salvador, me enteré de una noticia sobre la muerte de una mujer que presuntamente había hurtado productos del supermercado Super Selectos de Mejicanos y que murió electrocutada en una bodega del lugar, donde fue llevada a la fuerza por vigilantes que la descubrieron con la mercadería.

Esta noticia se propagó como pólvora encencedida en los diferentes blogs y foros salvadoreños, y para ser sincero, algunos veces yo no me fio de su veracidad, porque el trasfondo de la indignación que en ellos se expresaba, era que los medios de comunicación tradicionales no habían publicado nada, simplemente porque
Super Selectos es una empresa que compra mucho espacio. Es un cliente VIP.

Busqué el nombre de la víctima en google y ningún medio "serio" había publicado nada. Sólo los blogs y foros que antes mencioné, por lo tanto pensé que esta era una especie de leyenda urbana que suele propagarse y hacerse más exagerada según se va repitiendo. Y este era el caso: la historia iba siendo más dramática según iba revisando los blogs, al grado que al final la mujer era una heroína de los pobres que fue llevada a empellones a una bodega (sala de tortura) por los dos matones donde fue torturada horriblemente, y cuando quizo escapar al horror, murió electrocutada.

Pero luego, hoy vuelvo a ver algunos medios internet serios y resulta que la noticia es real, según publica lapagina.com.sv y se trata de Karen Yamileth Cordero que efectivamente murió electrocutada el 14 de octubre en una bodega del supermercado en cuestión, donde había sido llevada por los vigilantes luego de ser descubierta hurtando mercadería.

Desde el punto de vista periodístico, esta muerte se vuelve sumamente importante, más que los asesinatos que a diario ocurren en el país, precisamemente por eso: no todos los días una muerte está tan relacionada con la miseria y pobreza en la que vive mucha gente y los victimarios son tan poderosos que se repite la historia de David contra Goliath o la leyenda de Robin Hood.

Desde el punto de vista de las relaciones públicas, su ocultamiento va a producir todo aquello que se pretendió esconder y más. Ahora, existe una compaña en contra del supermercado y de los medios tradicionales que no publicaron nada. Aunque creo, ya habían asumido ese riesgo desde antes, porque ellos saben que la sociedad salvadoreña no es muy organizada y estas cosas, al final no importan si tenemos que ir a comprar donde nos venden más barato.

Pero el punto que quiero destacar es esa forma antiética de actuar que tienen las empresas de comunicación del país. Por un lado reclaman derechos extraordinarios (fuero legal para todo lo que publican) y por el otro, no cumplen con la misión de informar a la población de todo lo que ocurre.

La no publicación de esta noticia sobre esta vergonzosa muerte no es algo casual. Ante un hecho como este, las empresas dejan de lado la ética profesional, tan cacaraqueada por algunos y sacan su calculadora. Los princios éticos pasan ahora a segundo plano y lo que se pondera es si la noticia suma o quita espacio publicitario. O, si el involucrado es un "amigo" o se trata de un apellido "respetable". Sí, eso ocurre en esta aldea llamada El Salvador.

Y bueno, la noticia sigue oculta para la mayoría de la población que no tiene acceso a internet, pero poco a poco se va haciendo una realidad que el monopolio de la información se va terminando en el mundo y que los medios de comunicación tradicionales sucumben ante la información espontánea que los mismos lectores generan o por el surgimiento de medios informativos alternativos que no tienen compromisos publicitarios y que la única razón que los mueve es hacer uso de la libertad de expresión, como yo lo hago en mi blog.

Así las cosas mis amigos.

viernes, 15 de octubre de 2010

Es que en El Salvador nunca seremos iguales. Unos son "más mejores"

Qué debate más patético se tiene en estos días en El Salvador respecto a la libertad de expresión. Luego que la Corte Suprema de Justicia declarara inconstitucional el inciso tercero del artículo 191 del Código Penal que otorgaba inmunidad a los medios de comunicación cuando cayeran en difamación, los empresarios de medios se han alborotado como avistas. Le tienen miedo a la cárcel.
El punto es que la Corte le recordó al país que todos somos iguales, cosa que no le entra en la cabeza a muchos empresarios y círculos de poder en El Salvador, quienes siempre han tenido la idea de que ellos son "más mejores" que el resto de la sociedad.
Por eso digo patético, porque los que más han vociferado en contra de la resolución han tomado como caballito de batallas la libertad de expresión, pero bien sabemos, aquellos que conocemos las intimidades de nuestra sociedad que ese no es el punto, sino la pérdida de privilegios, de la utilización de la ley para estar encima de los otros que no tienen capacidad para influir en las decisiones del Estado.
Se dice que los periodistas corren el riesgo de ir a la cárcel por casos de difamación, pero la verdad, son pocos los periodistas que son dueños de alguna empresa. Y ese es el dilema de la igualdad, tendría responsabilidad penal también el propietario del medio. Qué problema de que nos tomen como parte de la chusma.
En una sociedad tan desigual, no es raro ver lo que hacen sus élites por mantenerse encima del populacho. Los diputados de derecha, al ver que no se puede hacer nada en contra el fallo de la Corte, y tomando en cuenta que la difamación forma parte de la política diaria del país, se están inventando soluciones para evadir la cárcel y proponen que los "periodistas" (dueños de medios) culpables de difamación paguen solamente una multa. Ah, es que en verdad, nadie es igual en El Salvador.
No se entiende el miedo de estos medios de comunicación, cuando suelen ufanarse de publicar la verdad al pueblo. ¿Qué deberían de temer si todo lo que publican está solidamente respaldado por la ética profesional y fuentes dignas de toda confianza?
Así que desde mi punto de vista, esta no es un debate por la libertad de expresión, sino uno por la pérdida de privilegios en una sociedad donde la igualdad es un cuento chino.
Así la cosas mis amigos.