sábado, 20 de agosto de 2011

¿Estamos mejor ahora cuatro años después?

Han pasado cuatro años desde que inicié este blog y en ese tiempo mucha agua ha pasado bajo el molino. Recuerdo que la intención era escribir sobre cosas mías, personales, pero en ese tiempo recuerdo también que se había iniciado una campaña antihomosexual de parte de personajes pollíticos y religiosos que tocaron mi conciencia. Fue una campaña difamatoria, cuya intención era despertar miedos en la población para ganar adeptos políticos. La cara visible era el señor Rodolfo Parker, secretario general del Partido Demócrata Cristiano (PDC) que se había quedado sin ideas para relanzar su instituto político que se encontraba en franco declive popular.

Comenzó a arengar contra el matrimonio homosexual, concepto que los salvadoreños sólo leíamos en noticias de otros países y que los homosexuales locales nunca habían considerado por ser esta comunidad muy desorganizada y débil, cuyos intereses giraban alrededor del simple respeto, sin mayores demandas. Una comunidad muy anónima y temerosa, sometida a una cultura de discriminación y rechazo cotidiano. Tan disminuida que era incapaz de responder y defenderse. Se unieron a la cruzada líderes religiosos, quienes biblia en mano, arremetían contra la indefensa comunidad gay en los medios de comuncación, sin darle a ésta el derecho de respuesta. Existía en ese tiempo el sentimiento de inferioridad y sometimiento sumiso de los homosexuales debido a los arraigados patrones culturales machistas que por largos decenios se han tolerado en el país.

Y yo miraba a los líderes religiosos y políticos hablar cosas increibles en contra de los gays. A ellos se les unió la señora Regina de Cardenal, cristiana extremista de derecha y homofóbica, enemiga declarada de la comunidad, que comparaba a la homosexualidad con la pedofilia, la zoofilia, etc, etc, y yo me decía "yo no soy así" "yo no soy eso que ellos dicen". Me preguntaba cómo era que ellos nos describían como monstruos cuando en mi caso, yo era una persona normal, un  ciudadano que quería mi país, que respetaba las leyes y que siempre trataba de mantenerme en el camino de lo correcto. ¿Por qué decían esas cosas horribles con las cuales yo no me identificaba?

Fue entonces que decidí cambiar de objetivo en mi blog y comencé a responder a las mentiras de estos personajes siniestros. Cada semana subía un nuevo tema, y vaya que tenía mucho de qué hablar. Recibía mucha retroalimentación de gays que me apoyaban y críticas de personas que me insultaban. 

Fueron los difamadores con su homofobia los que impusieron la agenda en este tema: hablaban del matrimonio gay como algo que estaba en la vuelta de la esquina y hacían entender que de llevarse a cabo, todo hombre se vería obligado a casarse con otro hombre. El debate (o monólogo) seguía en los medios de comunicación que vieron en esto un buen tema de explotar: entrevistas, reportajes, etc, etc, donde los invitados siempre eran los mismo: políticos y religiosos.

Afortunadamente no era yo el único que se sentía ofendido. Estas mentiras hicieron reaccionar a otros homosexuales, que decidieron hacer caso omiso al estereotipo del gay que se tenía en el país (la loquita escandalosa y afeminada) y dieron la cara. Su aporte fue esencial, ya que otros gays de closet se animaron también a salir a la luz pública y unirse a la campaña pro-homosexual. Desde entonces este tema ha venido siendo menos polémico en el país. La sociedad se va acostumbrando más a escuchar sobre la existencia de esta comunidad y a cederles su merecido espacio.

Después de cuatro años veo que las cosas ya pintan diferente en el país. El día del orgullo gay va siendo un desfile más organizado y menos un show bufo como ocurría en el pasado. En los medios de comunicación se va respetando más la dignidad de la comunidad y la actividad comercial dirigida a los homosexuales es cada vez más importante. Puedo decir que ahora sí existe una comunidad más organizada que en el futuro irá ganando más espacios y que diluirá los temores propagados por los cristianos derechistas del país. Y bueno, este ha sido mi granito de arena en esta nueva mentalidad que estamos cultivando en el país.

No quiero decir que ahora me estoy despidiendo, pero creo en estos días existen ya muchas personas que trabajan de forma incansable para mejorar la imagen de la comunidad en el país, lo cual me llena de mucha satisfacción, pues quizá la intención inicial de mi blog era que la gente viera a la homosexualidad como algo intrascendente, cotidiano, de la vida diaria, tan común como escoger entre rosas y claveles. Algo muy Simple.
Sigamos adelante.