Comenzó a
arengar contra el matrimonio homosexual, concepto que los salvadoreños sólo
leíamos en noticias de otros países y que los homosexuales locales nunca habían
considerado por ser esta comunidad muy desorganizada y débil, cuyos intereses
giraban alrededor del simple respeto, sin mayores demandas. Una comunidad muy
anónima y temerosa, sometida a una cultura de discriminación y rechazo
cotidiano. Tan disminuida que era incapaz de responder y defenderse. Se unieron
a la cruzada líderes religiosos, quienes biblia en mano, arremetían contra la
indefensa comunidad gay en los medios de comuncación, sin darle a ésta el
derecho de respuesta. Existía en ese tiempo el sentimiento de inferioridad y
sometimiento sumiso de los homosexuales debido a los arraigados patrones
culturales machistas que por largos decenios se han tolerado en el país.
Y yo miraba
a los líderes religiosos y políticos hablar cosas increibles en contra de los
gays. A ellos se les unió la señora Regina de Cardenal, cristiana extremista de derecha y
homofóbica, enemiga declarada de la comunidad, que comparaba a la
homosexualidad con la pedofilia, la zoofilia, etc, etc, y yo me decía "yo
no soy así" "yo no soy eso que ellos dicen". Me preguntaba cómo
era que ellos nos describían como monstruos cuando en mi caso, yo era una persona normal,
un ciudadano que quería mi país, que
respetaba las leyes y que siempre trataba de mantenerme en el camino de lo
correcto. ¿Por qué decían esas cosas horribles con las cuales yo no me
identificaba?
Fue
entonces que decidí cambiar de objetivo en mi blog y comencé a responder a las
mentiras de estos personajes siniestros. Cada semana subía un nuevo tema, y
vaya que tenía mucho de qué hablar. Recibía mucha retroalimentación de gays que
me apoyaban y críticas de personas que me insultaban.
Fueron los difamadores con su homofobia los que impusieron la agenda en este tema: hablaban del matrimonio gay como algo que estaba en la vuelta de la esquina y hacían entender que de llevarse a cabo, todo hombre se vería obligado a casarse con otro hombre. El debate (o monólogo) seguía en los medios de comunicación que vieron en esto un buen tema de explotar: entrevistas, reportajes, etc, etc, donde los invitados siempre eran los mismo: políticos y religiosos.
Fueron los difamadores con su homofobia los que impusieron la agenda en este tema: hablaban del matrimonio gay como algo que estaba en la vuelta de la esquina y hacían entender que de llevarse a cabo, todo hombre se vería obligado a casarse con otro hombre. El debate (o monólogo) seguía en los medios de comunicación que vieron en esto un buen tema de explotar: entrevistas, reportajes, etc, etc, donde los invitados siempre eran los mismo: políticos y religiosos.
Afortunadamente
no era yo el único que se sentía ofendido. Estas
mentiras hicieron reaccionar a otros homosexuales, que decidieron hacer caso
omiso al estereotipo del gay que se tenía en el país (la loquita escandalosa y
afeminada) y dieron la cara. Su aporte fue esencial, ya que otros gays de
closet se animaron también a salir a la luz pública y unirse a la campaña
pro-homosexual. Desde entonces este tema ha venido siendo menos polémico en el
país. La sociedad se va acostumbrando más a escuchar sobre la existencia de
esta comunidad y a cederles su merecido espacio.
Después de
cuatro años veo que las cosas ya pintan diferente en el país. El día del
orgullo gay va siendo un desfile más organizado y menos un show bufo como
ocurría en el pasado. En los medios de comunicación se va respetando más la
dignidad de la comunidad y la actividad comercial dirigida a los homosexuales
es cada vez más importante. Puedo decir que ahora sí existe una comunidad más
organizada que en el futuro irá ganando más espacios y que diluirá los temores
propagados por los cristianos derechistas del país. Y bueno, este ha sido mi
granito de arena en esta nueva mentalidad que estamos cultivando en el país.
No quiero
decir que ahora me estoy despidiendo, pero creo en estos días existen ya muchas
personas que trabajan de forma incansable para mejorar la imagen de la
comunidad en el país, lo cual me llena de mucha satisfacción, pues quizá la
intención inicial de mi blog era que la gente viera a la homosexualidad como
algo intrascendente, cotidiano, de la vida diaria, tan común como escoger entre
rosas y claveles. Algo muy Simple.
Sigamos
adelante.
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