domingo, 13 de enero de 2008

Y bueno, es hora de contarle a mamá y a papá

Esta es una de las situaciones más traumáticas que un homosexual puede experimentar en su vida. Ocurre por convicción propia, o porque las circunstancias de la vida te han llevado a esa realidad.

Decirles a tus padres sobre tu condición conlleva mucho tiempo de análisis, más si vivís en el mismo techo y dependés económicamente de ellos.

La cuestión se complica cuando tus padres son homofóbicos, pero siempre contarás con la pequeña esperanza de apoyo de parte de tu madre, quien al fin de al cabo, termina por aceptarte, aún a regañadientes, pues una mamá, siempre te va a amar.

Depende además de qué clase de padres tenés. Si son intransigentes, lo mejor será esperar a tener un poco de independencia económica y vivir aparte para contarles.

Si tus padres son comprensivos y tolerantes, pues lo mejor en decírselos en casa. Todo tiene que ver con la capacidad de los padres para comprender. Dependerá de cada quien evaluar a su familia y acorde a ello actuar.

Contarles a tus padres tu condición sexual es casi una responsabilidad ciudadana. Se tiene que hacer porque tus convicciones te lo exigen, más si sos un poco intelectual. Sabés que no es tu culpa ser homosexual.

A veces ocurre que estás muy bien definido sobre tus preferencias sexuales, pero tus papás son ultraconservadores, y sabés que para ellos es mejor verte muerto antes que les contés que sos gay.

Es en esos casos que yo recomiendo, que tratés de independizarte, alejarte de ellos y vivir solo o con amigos, y vivir tu sexualidad. No les contés nada. Pero eso tiene un costo. Y es el desconocer a la familia.

Es lo más triste que nos puede pasar, pero este es el costo de la libertad. Si ellos nunca te van a comprender, pues hay que pagar con la misma moneda. Y bueno, hay muchos jovencitos en esta situación. Lo mejor es esperar a tener mayoría de edad y obtener un trabajo para independizarte y vivir tu vida.

Suerte.

2 comentarios:

Lycette Scott dijo...

es una decisión dificil, sobre todo cuando no se está 100% seguro de la spreferencias que se tienen y cuando no se tiene idea de la rección que pueda hacer en el entorno familiar.
Besos, excelente post

Anónimo dijo...

Soy gay y vivo en Los Ángeles, California, hijo de padres salvadoreños. Tengo un miedo tremendo de alejarme de mis tíos y primos por mi sexualidad. Mi familia es muy conservadora y muy católica. Yo jamás me alejaré de dios y me considero un católico y nadie me robará de mi fe simplemente porque soy gay. Sin embargo, mucha de mi familia no aceptará lo que ellos consideran un gran pecado. Aunque estoy seguro que mis padres me aceptarán y mis hermanas (les acabo de contar) quieren igual a su hermano gay, sé que mi familia en El Salvador jamás aceptará el “primo joto”. Estoy dispuesto a enfrentar esta consecuencia, porque como vos as dicho, eso es el precio de la libertad. Un día regresaré y pondré mi nombre con orgullo cuando al fin tenga el valor de contarle a mi familia que soy gay. ¡Excelente post y blog, lo continuaré a leer!