Vaya, vaya. Pues fue una noticia que corrió como pólvora encendida por blogs y foros salvadoreños y se originaban en una noticia aparecida en un periódico de las Islas Vírgenes (Caribe), donde se menciona que el hijo del diputado Rodolfo Parker, está detenido junto a dos salvadoreños más, por un caso de asalto sexual en dos menores de edad, una joven y un joven, en un crucero.
La noticia apareció en la página electrónica de Diario Colatino la tarde del martes, pero en la noche ya había sido retirada. El vínculo es éste. Y originalmente aparece en un periódico de las islas en cuestión, pero en idioma inglés.
Pues los delitos sexuales en este país casi no son noticias, pero este tiene características especiales, pues se trata del hijo del diputado que en el pasado ha querido mantener un perfil alto, abanderando los valores morales y cristianos, atacando a los homosexuales.
Hace un par de años propuso la prohibición constitucional de los matrimonios gays, por considerarlos inmorales y se valió de pastores evangélicos para despotricar contra la comunidad en los canales de televisión locales.
Una propuesta como ésta tendría que surgir de un hombre probo, que por ningún ángulo pudiese criticarse sus argumentos, excepto los religiosos. Pero no, la noticia en mención nos indica que el señor Parker tiene techo de vidrio.
Las circunstancias en las que se involucran a su hijo, son muy truculentas y dejan a la imaginación las presencias sexuales de Junior. Deja al descubierto que este honorable padre de la patria no ha podido inculcar en su descendiente los principios morales que él defiende, principios morales que utiliza para atacar a la homosexualidad del país. Ataques sin oportunidad de réplica, que ha usado para tratar de obtener más adeptos en su partido.
Pero si analizamos bien, Parker es político y de un político se podría esperar cualquier cosa, en especial que sea mentiroso. Mintió a los pastores evangélicos, les tomó el pelo y los alió en su cruzada contra los homosexuales, cuando en su propia familia no ha podido educar a su hijo y peor aún, que al parecer, ha estado escupiendo al cielo.
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