miércoles, 31 de marzo de 2010

¿Karma o regalo de la vida?

No es fácil salir del armario, como se dice cuando un homosexual anuncia públicamente su orientación. Es un proceso de años que va desde la negación de nuestra naturaleza, hasta la de llegar a la conclusión de que no podemos vivir en una mentira toda la vida. Aparte de eso, a lo largo de los años, la carga se va volviendo más pesada, y más, cuando la gente cercana comienza a meterse en nuestras vidas.
En verdad, uno quisiera despertar un día y creer que todo ha sido un mal sueño, pero la realidad está ahí y no se puede cambiar. Muchos creen que la homosexualidad se puede quitar y recurren a métodos fallidos, como ir al siquiatra o meterse a una religión: lo único que están haciendo es engañarse.
Alguien quien quiera salir del armario debe de prepararse sicológicamente para el rechazo y el abandono de familiares y amistades. Muchos amigos simplemente dejan de hablarte y te ignoran, en la familia, muchos no entenderán y se decepcionarán de la decisión tomada.
Pero en fin, uno tiene que valorar qué es lo que se busca de la vida, si complacer a los que te rodean o encontrarse a uno mismo, sincerarse consigo mismo, pues al final se trata de nuestra propia existencia, de nuestra propia felicidad. Es una cuestión de principios.
Mucha gente piensa que las cosas se deben de dejar como están, es decir, seguir viviendo en la mentira, pero resulta que si uno tiene un poco de conciencia y de amor propio, va preferir la verdad a vivir por siempre en la oscuridad, en las tinieblas, en la hipocresía.
Ricky Martin calificó su homosexualidad como un regalo de la vida, y tiene mucha razón, pues no es justo que vivamos pensando que nuestra condición es un karma que debamos de soportar con estoicismo y resignación, tal como la iglesia católica recomienda. Comentario aparte, ni los curas son tan estoicos.
Si vemos nuestra homosexualidad como un regalo, talvez comprendamos muchas cosas: somos especiales, tenemos una forma de ver la vida distinta a la mayoría de la gente, nuestra sensibilidad nos abre la puerta a la creatividad. No es casual que muchos artistas, en todas las ramas, sean homosexuales.
Y quizá, nuestra condición nos haya apartado de ser una de esas personas intolerantes y malvadas que se encargan de hacer infelices a aquellos que son diferentes. Sí, quizá se trata de un regalo de la vida y no de un karma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades por el blog y por ser como eres. Envidio vuestra valentía y tenéis toda mi admiración. Algún día se reconocerá lo que muchos como tu hacen para que el mundo sea cada vez mejor y mi recuerdo para los que en tiempos más difíciles fueron víctimas de la discriminación mientras que otros no sufrimos esa intolerancia porque nos adaptamos a la sociedad que nos tocó vivir.
Recibe un sentido abrazo.