Vaya qué revuelo ha causado las declaraciones de Benedicto XVI sobre el uso del condón. Dijo que sólo se justifica en caso excepcionales y puso como ejemplo el uso de parte de prostitutas o prostitutos para evitar la propagación del sida. Las declaraciones tomó por sorpresa a aquellos que siempre han condenado de forma intransigente y sin excepciones el uso del condón.
La iglesia Católica tiene amplios antecedentes de oponerse obtusamente a los avances científicos y luego aceptarlos de forma irremediable, el clásico ejemplo de esta terquedad es el caso de Galileo quien descubrió que la tierra no era el centro del universo, que no era el sol que giraba alrededor de nuestro planeta, sino al contrario. Galileo se tuvo que retractar para escapar de la hoguera. Ahora sabemos que él siempre tuvo la razón y que el papa era un necio.
Pero siguiendo con el condón, la iglesia Católica aún mantiene el veto sobre esta lámina de látex como método de planificación familiar. Benedicto XVI se refirió a prostitutas y prostitutos como ejemplos de cuándo el profiláctico estaba justificado, es decir, sólo para evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Yo siempre he tenido mis dudas sobrela efectividad de la oposición de la iglesia católica a los métodos de planificación, es decir, si en verdad los católicos obedecen ciegamente estas disposiciones. Me parece que no. Por eso, creo que las declaraciones de Benedicto son más simbólicas que contundentes para la comunidad religiosa.
Los métodos de control de la natalidad son ampliamente usados por los católicos más cultos y con más recursos económicos. Nunca he visto a familias pudientes con ocho o más hijos. Es obvio que estas señoras toman la píldora y también comulgan. Hipócritamente, es de esta clase social de donde salen aquellos difamadores del condón.
Es curioso cómo la iglesia y sus feligreses más ortodoxos mantienen (o mantenían) una campaña permanente contra el condón ¿por qué, si este es apenas uno de muchos de métodos de planificación familiar? Parecería que la lámina de látex es la personificación de satanás al que se debía de exorcizar.
Esta campaña contra el profiláctico tiene que ver con la idea que la iglesia tiene del sexo: que es pecado, sentir placer sexual es mal visto por los conservadores cristianos. Y es que el condón es el método más democrático que existe, lo pueden usar personas de todas las edades y para cualquier tipo de relación sexual, ya sea anal, vaginal u oral. Es barato, se vende en todas partes, se consigue gratis en muchos lugares y no se necesita de la prescripción de un médico.
Y lo mejor de todo, es que no sólo evita un embarazo, sino, la mayoría de enfermedades de transmisión sexual. Esa es la razón, a mi juicio, del porqué la campaña permanente contra el látex: porque le da libertad a las personas de gozar su sexualidad sin miedos posteriores.
La iglesia Católica tiene que revisar su visión sobre el sexo. Se debe de entender que éste es anterior a la civilización, anterior al matrimonio y a las mismas religiones. El deseo sexual existe y no tiene nada que ver con la procreación. Los cavernícolas no pensaban en hijos antes de mantener relaciones sexuales, simplemente hacía cason a su deseo y ahora estamos acá como humanos civilizados.
Ha sido una buena señal del papa empezar a desatanizar el condón.
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